Artículo publicado en la revista Rebelión, que ahonda en la postura del NO y que aporta 4 artículos para que el tratado pudiera votarse SÍ desde una perspectiva de izquierdas.
Después de leer detenidamente el Tratado por el que se establece una Constitución para Europa, he decidido votar no en el referéndum por las cuatro razones que siguen.
En primer lugar, porque el Tratado institucionaliza, por encima de todo control razonable, el Banco Central Europeo y le concede poderes omnímodos, lo que equivale a la consagración de la Europa de los banqueros y a la negación de la construcción, un día de la Europa de los trabajadores.
En segundo lugar, votaré no al Tratado porque abre la posibilidad de crear un Ejército europeo con el consiguiente aumento del gasto militar y del militarismo. Como además de abrir esa posibilidad, el Tratado alaba a la OTAN, se deduce que las armas que se fabricarán serán empleadas en su día contra países que no son miembros de esa Alianza Militar ni de la Unión Europea, algunos de los cuales forman parte del continente europeo. Esto es un desatino económico y geopolítico; está en contradicción con las declaraciones verbales en favor de la paz; y favorece el que otros países europeos, particularmente Rusia, que se sentirán amenazados, den un nuevo impulso a la ya demencial carrera de armamentos en la época de las armas de destrucción masiva.
En tercer lugar, votaré no al Tratado porque lo que dice en su carta de los derechos fundamentales de la Unión se contradice con lo que la Unión misma y los que mandan en sus estados hacen cada día, que es recortar y reducir derechos conquistados por los trabajadores europeos con sus luchas seculares.
Por último, votaré no al Tratado porque en sus anexos, cuyo contenido se está ocultando a la opinión pública, el texto deja abierto el camino a la reinstauración de la pena de muerte en los estados miembros de la Unión en caso de guerra, peligro inminente de guerra, revueltas o insurrecciones, todo lo cual choca con lo que vienen diciendo y exigiendo juristas y humanistas sensibles y deja en manos de los estados hacer de la excepción la norma.
Alternativamente, la Constitución que yo votaría tendría que incluir al menos estos cuatro artículos:
A quienes digan que todo es para mañana hay que decirles que conocemos la canción: “Mañana es hoy”. Y a quienes todavía duden de que mañana es hoy hay que recordarles las condiciones incluidas en la pregunta que se votó aquí en el referéndum sobre la OTAN (condiciones olvidadas y negadas reiteradamente, por lo que mandaban y por lo que mandan, a los pocos meses de aquel otro referéndum).
Artículo publicado originalmente en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=11396
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