Resumen de la jornada sobre vivienda del 19 de junio de 2013

20 de junio de 2013 | 484 lecturas

Ayer miércoles se celebró en el Centro Cívico Huerto Queri la primera de las jornadas sobre vivienda que venimos anunciando. En esta ocasión hemos contado con la presencia de Irma Blanco, de la Corrala la Utopía, con Pablo María Fernández de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía y con el escritor y miembro del 15M Macarena, Carlos Martín, que presentó su novela "Al final".

Comenzó hablando Irma sobre la experiencia de ocupación que fue la Corrala la Utopía, mediante un acto de desobediencia pacífica, centrada en la lucha por el derecho de la ciudadanía a tener una vivienda digna, no lo hicieron por las 30 familias que ocuparon las viviendas, lo hicieron por todas las familias y personas que no tienen un hogar habiendo tantas casas vacías. Comenzaron con reuniones entre gente del 15M con una preocupación especial en el tema vivienda. Comenzaron con las presiones a las sucursales de bancos cuando se enteraban de que iban a iniciar algún proceso de desalojo. Viendo que realmente no era de mucha utilidad se decidieron a ocupar. Muchas fueron las asambleas previas donde se veían y debatían cual era la mejor forma de hacerlo, si se hacía público o no, cuál sería el trato con las instituciones, etc. Conseguimos que el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, intermediara en una reunión donde estaban todas las partes implicadas, tanto el ayuntamiento, la Junta de Andalucía e Ibercaja. Así, Ibercaja incumplió todos los acuerdos a los que se llegaron, como puede ser que debían de retirar la orden de desalojo. El ayuntamiento además nos cortó la luz y el agua. Sin esos elementos tan básicos es muy duro vivir día a día.
Una cosa está clara, las cosas no se arreglan solas, hay que moverse, cada uno en su ámbito, para que las cosas cambien o por lo menos para visibilizar los problemas. Estamos, desde la Corrala, muy agradecidos a la ola de solidaridad tan brutal que estamos teniendo, que aunque al principio la gente era más reacia a nuestra situación, ahora la entiende e incluso la defiende.

Tras Irma habló, Pablo María Fernández, que es coordinador del área de migración de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. Comenzó haciendo mención al libro que se presentaba diciendo que la cultura que al él le interesa tiene que reflejar la realidad cotidiana, con sus problemas. Se centró casi toda su intervención en desgranar el decreto sobre la función social de la vivienda, que aunque es un buen decreto y que viene a solucionar parte del problema de los desahucios quedan muchas cosas fueras que según él tienen que solucionarse de alguna forma. Dijo que no afectaba a las personas que viven en chabolas, ni a las personas sin hogar o de reciente asentamiento. No incluye los desahucios por impago de alquiler, no afecta a los que ya estaban desahuciados y que ahora viven sin casa y pagándole al banco por su casa ya perdida, no afecta a los que pierden la vivienda por avalar a personas desahuciadas sin recursos. Tampoco incentiva el acceso a la juventud a una vivienda, ni tampoco habla de realojos ni de solucionar los problemas de la gente que vive en las actuales corralas. Y muy importante, no dice nada del mantenimiento de los suministros básicos, luz y agua, habiendo soluciones técnicas como limitadores para permitir solo usar electrodomésticos esenciales. Tenemos, en definitiva, leyes que defienden a los que tienen, y unos cuerpos de represión dispuestos a hacer cumplir la ley a rajatabla, cuando además, normalmente, cuesta más dinero la intervención policial para hacer un desalojo que lo que esa persona desalojada le debe al banco. Lo que está claro es que la vivienda es un derecho humano, como el comer, y es totalmente absurdo tener que argumentar este hecho.

Para terminar habló Carlos Martín, también conocido como Wenceslao Moreno, autor de la novela "Al final" que se presentaba en este acto, un libro que habla del drama social que se esconde tras un desahucio y la posterior búsqueda de soluciones para vivir con dignidad a lo largo de las calles de Sevilla. Es una novela que a la vez es una crónica y al revés. A Carlos la cultura que le interesa es la cultura que está comprometida con la sociedad, que muestra sus problemas, que los visibiliza. Cuenta que comenzó a escribir algunas hojas al enterarse, en 2004, del desahucio a dos mujeres llamadas Paquita en Sevilla. Cuando algo me mosquea suelo escribirlo, pero en este caso, de unos cuantos folios, se fue convirtiendo en una cosa más grande, aparecieron además el 15M y las Corralas por lo que terminé escribiendo una novela. El cambio de mentalidad, eso es lo que ha hecho el 15M por la sociedad, nos ha hecho cambiar de mentalidad de darte cuenta de que cuando actúas, la gente te sigue y se levanta. El decreto de la Junta de Andalucía nace del empuje de la gente en la calle, si no hay fuerza social no pasa nada. Mi objetivo con este libro es que se hable del problema, por eso el problema es el protagonista de la novela.

Tras estas intervenciones se inició un debate con el público asistente donde se ampliaron las ideas que fueron surgiendo durante las intervenciones, algunos estaban a favor de lo que relataron, otros en contra, pero siempre desde el diálogo. Sobre las 23:00h terminamos el debate.

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