Las tragedias son más importantes en función de la (...)

Las tragedias son más importantes en función de la atención que les dan los medios

5 de septiembre de 2008 | 407 lecturas

El accidente de Barajas ha sido la noticia más trágica de este verano, mientras más del doble de personas morían en su intento de llegar a nuestro país.

El mes de agosto se convirtió de buenas a primera en un polvorín de noticias de todo tipo y en todos los medios (prensa, radio, tv, internet, etc.) a raíz del gravísimo accidente de Barajas. Todo el mundo asumió la gravedad del mismo y tremenda tragedia que ha supuesto para las víctimas, los familiares, las instituciones, los equipos de rescate, las personas de ayuda, los hospitales y el conjunto del país. Se ha comentado por doquier la necesidad de mayor seguridad, el miedo a volar, los múltiples incidentes en los vuelos de la misma compañía o de otras, pero que tienen el mismo tipo de avión. La población sabe ahora todo sobre como vuela un avión, las operaciones que se realizan de mantenimiento, las personas que intervienen, en definitiva ha sido y es una tragedia nacional e, incluso, en las últimas horas, internacional. Todo ello es lógico que así ocurra, porque la violencia del accidente es brutal y deja conmocionado de forma sorprendente a un buen número de personas y familias. Incluso se convierte, el accidente, en elemento de controversia política y en un buen filón periodístico. En mi opinión, se trata de una noticia que se introduce en la agenda de los medios y de la que hay total libertad para hablar sin ningún tapujo. Los medios se convierten en estos casos en un soporte imprescindible para que no se muera la noticia y permanezca en el candelero público el mayor tiempo posible.

Pero antes que esta trágica noticia y durante y después de ella estamos asistiendo, con una cobertura mucho menor de los medios, a la tragedia de las pateras y de los cayucos que traen de forma masiva a personas empobrecidas y desesperadas y en las condiciones peores de viaje y que, no sabemos por qué no tiene la repercusión mediática que otras noticias. En lo que va de verano han muerto en el intento de llegar a costas españolas más del doble que las víctimas del avión de Spanair, más de 370 personas, de las que sabemos solo que, en general, son negros y negras que venían buscando una posibilidad de mejor vida, porque en sus países de origen la situación es tan trágica que o hacen esto o van a morir de hambre. Mueren en esos trayectos familias enteras, padre, madre e hijos, mueren jóvenes y menos jóvenes, han pagado una pasaje bastante más caro que el de un avión y en unas condiciones de nula seguridad, se aventuran a morir de inanición o por ahogamiento con bastante probabilidad y, en cualquier caso, es más que posible que termine en un avión de vuelta a su país de origen. Pero ésto no está en el mismo nivel de la agenda periodística, no interesa, son otros muertos y otras muertas, por ellos nadie pide indemnización, no sabemos su identificación, porque no son cercanos ni tienen mayor interés para esta sociedad opulenta que vive al margen de las grandes tragedias humanas provocadas por el mal hacer del mundo rico.

Creo que debemos interiorizar estas cuestiones porque desde luego no puede haber muertos de primera y muertos de segunda.

Paz y Solidaridad